miércoles, 24 de febrero de 2010

Las mujeres de Lupin




La imagen de Clarisa apareció, confusa y dolorosa, como al fondo de una pequeña capilla, adornada con cirios vacilantes, cerca de los cuales él iría a rezar de vez en cuando. Pero la Condesa de Cagliostro se convertía de golpe en la única diivindad que se adora, una divinidad despótica y celosa que no permitiría que se le robara el menor pensamiento, ni el menor secreto.

"La condesa de Cagliostro"



Lupin vaciló unos segundos y luego me dijo sonriendo:
- Bueno, pues la noche en que volví a ver a Clarisse Mergy y le anuncié las noticias de la jornada, sentí dos cosas muy profundamente. En primer lugar, que experimentaba por ella un sentimiento mucho más vivo de lo que creía, y después, que ella, por el contrario, experimentaba por mí un sentimiento que no estaba desprovisto de desprecio, de rencor ni incluso de una cierta aversión.
- ¡Bah! ¿Y por qué?
- ¿Por qué? Porque Clarisse Mergy es una buena mujer honrada y yo no soy más que… Arsenio Lupin.

"El tapón de cristal"



Cada día que pasaba traía para Raúl y su amiga mayor ternura y mayor pasión. Él continuaba respondiendo a todas las preguntas que ella le hacia y se esforzaba por satisfacer su insaciable curiosidad. Por el contraio, ella se encerraba cada vez más en su misterio, en el que parecia refugiarse como en su retiro preferido.
Sobre lo que ella era, sobre su pasado, sobre su madre, sobre sus reocupaciones actuales, su alma secreta, sus itenciones con respecto al marqués, sobre el papel que desempeñaba cerca de él.
El silencio, el silencio más cerrado obstinado y doloroso... O a veces escapadas, intentos de confesión que cortaba en seco.
-No, no Raúl, te lo suplico, no me preguntes nada. Mi vida y mis pensamientos no tienen ningn interes Amame tal cual soy
- Pero si no sé como éres.
-Entonces ámame tal como aparezco.

Lupin la llevo ante el espejo.
-Hoy me pareces con tus admirables cabellos, con tus ojos de una pureza infinita, una sonrisa que me encanta... y una expresión que me inquieta. Mañana te vere de otro modo. Los mismos cabellos, los mismos ojos, pero con una sonrisa diferente y una expresión en la que todo es candido y es bueno. Cambias de un momento a otro. A veces eres la provincianita... En seguida la mujer que el destino ha turbado y perseguido
- Es verdad- dijo ella-, hay dos mujeres en mi.

"La mujer de las dos sonrisas"



¿Quien soy yo entonces? ¡Responde! ¡Atrevete a responder! ¿Quien soy yo según tú?
Juan comenzó a enumerar, llevando la cuenta con sus dedos:
- Eres el ladrón del corselete.
¡Mientes! -interumpio Antonio- ¡yo el ladrón del corselete!
-Eres el hombre que ha raptado a Regina Aubry y a Arlette Mazoll
-¡Mientes!
-Juan continuo con flema.
- El hombre que ha hurtado los objetos del salón.
-¡ Mientes!
-El complice de la revendedora que ha sido asesinada en el Campo de Marte.
-¡Mientes!
-El complice de Laurencia Martín y de su padre.
-¡Mientes!
-Finalmente eres el heredero de esa raza implacable que desde hace tres cuartos de siglo persigue a la familia de los Melámare.
Antonio temblaba de rabia. A cada una de las acusaciones iba alzando el tono.
-¡Mientes! ¡Mientes! ¡Mientes!
Y cuando Deneris acabó, se acerco a él con gesto amenazador y dijo con voz agria:
¡Mientes!... dices cosas al azhar... porque amas a Arlette y te mueres de celos.

"La mansión Misteriosa"

Hubo un instante de silencio, durante el cual Beautrelet observo a Raimunda. La joven escuchaba a Lupin sin decir palabra y le miraba con unos ojos en lo que había amor, pasión y también otra cosa que Isidoro no hubiera podido definir; una especie de molestia inquieta, de tristeza confusa.
Pero lupin volvíó los ojos hacia ella y la joven le sonrió tiernamente. A través de la mesa, juntáronse sus manos.
"La Aguja Hueca"


Barnett se estira, parece volver a la realidad y pronuncia: "Es encantadora".
-¿Que? ¿Quien? ¿Quien es encantadora? Exclama el inspector Bechoux
-Tu mujer Olga Vaubant.
-¡Que!
- Tan encantadora ¡Una exuberancia! ¡Un verdadero pilluelo de Paris¡ ¡Y que gusto y qué delicadeza tiene en la vida como en la escena! ¡Una animación! ¿No es encantadora la idea de dedicar sus ahorros a la compra de una cama Pompadour? Bechoux no te mereces tu suerte.
Al final de la aventura Beochoux recibió postales ilustradas en las que se decia con entusiasmo delirante:

"Ah, Bechoux, un claro de Luna en Roma!
"Bechoux, si algún día te enamoras ven a Sicilia"
Y Bechoux rechinaba los dientes.


 
Lupin en cada una de sus aventuras se enamora. Arséne es un seductor incorregible. Con su buen humor, con su impresiónate figura, con su charla encantadora y sus buenos modales, no exentos de ironia, enamora a las damas que se propone. Algunas son conquistas fugaces y otras amores que han dejado una huella imborrable en él. como es el caso de Raymond de Saint-Veran en la aventura “L'Aiguille Creuse”

En su primera aventura Lupin conoce a Etigues Clarissa, en la novela “La Condesa de Cagliostro”

Tanto Raymond como Clarissa marcan la vida de Lupin, porque ella muere, con ella tiene un hijo llamado Juan. Otras pasiones fueron Josefina Balsamo en la “Condesa de Cagliostro” y Dolores Kesselbach en “813” Se enamora de Clarisse Mergy, la madre de su cómplice Gilbert en el “ El tapón de cristal”

Otras mujeres fueron: Veronique Hergemont “ Isla Coffin” así como Aurelie Asteux en “ La chica de ojos verdes” Sonia Krichnoff en “ Lupin” Florencia Levasseur en “Los dientes del tigre” Louise Ernemont en “El signo de la sombra” Queen Olga en “ la Mujer con dos sonrisas” Catherine y Beltrana Montessieux en “ Bar-y-va” Arlette en “La mansión misteriosa” y Daniel Hortenfia en “Ocho campanadas del reloj”

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